Lenin no ha hecho la revolución. La hizo el pueblo ruso. Más aún, que fue él quien puso un fin a la revolución. Paso a paso, desde el histórico respiro desde la paz de Brest-Litovsk hasta marzo de 1921, cuando impuso a sus rebaños su nueva política económica, persiguió Lenin la tarea que se había propuesto, intentó llevar la revolución a la calma, desnaturalizar sus fines y privarla de su contenido. Esa tarea no era fácil. El pueblo ruso, que se arrojó con toda el alma en la revolución, tenía ardiente fe en sus fuerzas, en sus posibilidades, en su persistencia. Lenin era demasiado astuto para oponerse a ese entusiasmo general, a esa honda fe. Al contrario, marchó con el pueblo y se unió a él . Pero el objetivo que perseguía era otro y se diferenciaba esencialmente de los objetivos que el pueblo quería. Era el Estado marxista, una máquina que involucraba todo en sí, que lo absorbía todo, que todo lo destruía, y cuya palanca tenían Lenin y su partido en las manos.
Los seguidores de Lenin lo llaman grande. Pero él no poseía seguramente la grandeza del espíritu y del corazón que debía tener. Lenin mismo habría llenado de burlas a los que le atribuyen hoy tales cualidades burguesas. Grandeza de espíritu, grande de corazón, comprensión y simpatía para un adversario, eran rasgos que escapaban totalmente a este hombre, que sin embargo, fue tan humano en sus defectos y criminal en sus errores. Pero poseía Lenin una grandeza, que nadie podrá quitarle, poseía la voluntad de seguir su camino con astucia y despreocupación de los medios.
La muerte es la gran liberadora de toda la vida. Fue hacia Lenin como había ido sobre los montones de víctimas del leninismo, sólo que hacia él fue con más consideración. Lenin consiguió poner en pie su máquina. Ha despertado a nueva vida todos los males que la revolución quería retirar: el capitalismo, la explotación y todo lo que de ello se deriva. No es milagro que Lenin fuera enterrado con gloria y majestad y que su reino sea reconocido hoy por las potencias europeas. ¿Y por qué no? La revolución ha muerto.
Pero la última palabra en la determinación de Rusia no ha sido dicha aún. El pueblo, tan grande en su cólera de los días de octubre, se levantará de nuevo y testimoniará que el triunfo del leninismo y su muerto jefe fue al mismo tiempo su trágica derrota.
miércoles, junio 06, 2007
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2 comentarios:
no queridas, la revolución no ha muerto. ha muerto solo en las mentes pequeñosburguesas... LENIN VIVE, VIVA LA REVOLUCIÓN.
(ustedes de comunistas, marxistas y/o leninistas no tienen ni medio poro de la piel... ¿ensayo le llaman a 3 párrafos de medio pelo para abajo?... por favor!!! es la estupidez humana en concreto y ustedes son la abstracción de toda intelectualidad. Por q no se dedican a otra cosa? es demasiada ofensa este blog para el amigo Lenin!!
viva lenin, la revolución no ha muerto!
La Revolución no ha muerto compañera, la Revolución sigue más viva y en muchos países del mundo la ideología Marxista/Leninista va tomando más auge, cada vez más van creciendo los círculos de estudio de obras de Marx y Lenin y van creciendo las prácticas revolucionarias.
Lenin vivirá por siempre, sus obras e ideología así lo determinan
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